Descubriendo la Peluquería: TOCADOS

Los primeros tocados-turbantes (maxtáhual) aparecieron en figuras femeninas de barro elaboradas con la técnica del pastillaje (más de 1500 a. C.)

Los adornos y tocados prehistóricos que se colocaban en la cabeza lo lucían los jefes retratados en las estelas del período clásico maya, eran altos y de plumas largas, brillantes y de color verde y dorado. Los jefes aztecas también lucían unos tocados preciosos. El gran tocado de plumas de quetzal que llevó Moctezuma (último emperador azteca).

Moctezuma Xocoyotzin

Emperador del Imperio mexicano

Moctezuma, Emperador

Penacho de Moctezuma o tocado de plumas

Museo de Etnología de Viena, Austria

(1466 - 1520)

Tocado habitual de la danza azteca de la gran Tenochtilan.

Plumas de faisán, gallo y ganso

El petob lo usaban las mujeres tenek (Huasteca) sobre la cabeza. Era un conjunto de hilos de estambre trenzados junto con su cabello. Al principio era realizado con bejuco y posteriormente con madejas de lana de colores. Era un arte colocar este tocado porque se hacían sin aplicar fijador y sin horquillas, iba todo dentro del rodete formando una cruz de 4 o 6 cogidas de mechones.

El arte de color un petob huasteca

Es de 5 colores verde, rosa, naranja, rojo y amarillo.

⟶ Las niñas usaban el color verde y rosa. El grosor era fino.

⟶ Las mujeres casadas agregaban naranja y rojo El grosor podía variar según la portadora

⟶ Las mujeres viudas o en luto utilizaban sólo el color verde y amarillo, aunque también usaban todos los colores. El grosor podía variar según los gustos de la portadora.

Petob rosa y verde: niña

Petob verde, rojo y rosa. Mujer casada

Petob de cinco colores de gran grosor. Mujer viuda

Las mujeres de Nayarit recogían su cabello en la nuca y sobre su cabeza se colocaban una manto amplio sin sujeción llamado quechquémitl servía para protegerlas del sol.

Mujeres usando quechquémitl

En la época prehispánica el cabello se entrelazaba con cintas de diferentes materiales y colores, lo cual daba origen a rodetes de diferentes formas y tamaños. Algunos eran turbantes. En la década de 1940 el antropólogo mexicano Julio de la Fuente vio un Yalalag, villa zapoteca rodetes o tlacoyal confeccionados con lana negra e integrados al cabello de las mujeres.

Rodete duxlú, tlacoyol negro de lana

Anciana peinando a una joven con rodete y extensiones de cabello

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Cuenta la leyenda que antes de la llegada de los españoles los ancestros de los mexicanos tenían en lugar especial en el bosque, con gran magnitud y adoración. Los Yalatecos hacían ahí sus ritos y fiestas y pedidas a la tierra/naturaleza.

Cuando los españoles vieron ese lugar lleno de actividad ritual y ceremonial. Construyeron iglesias y quisieron quitar su árbol copal que era sagrado para los indígenas. Según la leyenda tardaron varios días el cortar el árbol, pero cuando lo consiguieron de las ramas salió una serpiente negra y cayó en la cabeza de una mujer con trajes blancos.